Diabetes tipo I y las mejores formas de medir la glucosa en sangre (también para personas sanas)
DIEGO SORANDO
Redactor
¿Qué es la diabetes tipo I?
La diabetes tipo 1 es una enfermedad cuyas causas, en principio, son de carácter autoinmune que conduce a la destrucción de las células ? del páncreas, que son las que producen la insulina.
Aun así, a un pequeño porcentaje, se les clasifican como tipo 1B, que son pacientes sin evidencia de autoinmunidad y la patogenia se considera idiopática.
Es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en niños, y representa entre el 5-10% de las personas con diabetes. Lo más común es que esta enfermedad aparezca entre los 4 y 6 años y entre los 10 y 14 años. La incidencia más alta se encuentra en Finlandia y otros países del norte de Europa, con casi 400 veces más personas con diabetes que en China o Venezuela.
Los pacientes que padecen de diabetes, en el momento del diagnóstico, presentan una alta glucemia. Sus síntomas más conocidos se conocen como las 4 P; polifagia, poliuria, polidipsia y pérdida de peso. La poliuria es debida a la diuresis osmótica causada por la hiperglucemia. La polidipsia es causada por la hiperosmolalidad y deshidratación. También puede provocar una visión borrosa por una hinchazón osmótica del cristalino.
Uso de insulina en personas con diabetes tipo I
Normalmente, entre el 40-50% de las necesidades diarias de insulina se administran con una de acción prolongada, mientras que la otra mitad, con una de acción rápida.
Por otro lado, la dosificación de esta última va a depender, sobre todo, de la dieta y ejercicio físico. Por ejemplo, un paciente no va a tener que aplicarse la misma cantidad de insulina si ingiere un plato de arroz con pescado que otro que sustituye la misma cantidad de arroz por verdura.
Estos son los métodos más fiables para medir la glucosa en sangre
- Hemoglobina glicosilada (Hb1Ac): Esta prueba mide el nivel promedio de la glucemia de los últimos 3 meses, ya que la vida media de estas células es de entre 100 y 120 días. Se considera un buen control de la glucosa cuando los niveles de Hb1Ac en estos pacientes están alrededor del 7%. Esto significa que la media de la glucemia ha sido de 150 mg/dL. Los valores normales son de entre 70-90 mg/dL en personas no diabéticas, por lo tanto, no tiene sentido la recomendación de mantener unos niveles de 150 mg/dL, ya que nos alejamos mucho de un rango saludable.
- Albúmina glicosilada (GA): Es un valor que aporta mayor precisión diagnóstica porque la vida media de esta proteína es de unas 2-3 semanas, por lo que la media no se altera tanto; aun así, este valor, no está ampliamente extendido. Se considera que el rango óptimo de GA, está en un 11%.
- Mediciones de la glucemia postprandial: Es un método fiable, ya que al realizar varias mediciones de la glucemia después de una comida, el paciente es capaz de conocer si la cantidad de insulina y/o momento de aplicación ha sido el correcto.
En alguna ocasión ocurre que un paciente, después de realizar una ingesta y, emplear la dosis correcta de insulina, la glucemia postprandial sigue estando muy elevada. Un error muy frecuente cuando se diagnostica la diabetes, es no descartar una posible neuropatía diabética.
¿Qué es la neuropatía diabética?
La neuropatía diabética es una afección de las terminaciones nerviosas por los altos niveles de glucosa y que, entre otros, inicialmente, afectan al nervio vago, que inerva a todo el sistema digestivo. Esto provoca que la motilidad del aparato digestivo sea más lenta y que, por tanto, la absorción de los nutrientes también lo sea.
¿Cómo saber si existe una neuropatía diabética?
Aunque hay varias formas de saber si existe esta afección, la manera más exacta es por medio de un electrocardiograma. Para ello, se conectan las derivaciones de esta prueba a las extremidades del paciente, que ha de estar sentado. Después, se instruye al paciente para que inspire profundamente y espire forzadamente. Se calcula la relación E/I utilizando los intervalos R-R del electrocardiograma. Si la relación es ?1,24, se correlaciona con una probable ausencia de neuropatía. Una relación menor a ese número, sí se relaciona con una neuropatía del nervio vago.
Si finalmente se detecta esta neuropatía, es muy importante intentar revertirla y/o frenarla por medio de un buen estilo de vida, en el que se incluya, tanto ejercicio físico, como una alimentación acorde a la patología.
Por último, tomar nota de los niveles de glucemia postprandial y, con esos datos, sabremos cuando realmente hay que usar la insulina para que la glucemia no alcance altos niveles durante un prolongado periodo de tiempo.
Referencias
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