Fue entonces cuando me di de bruces con la realidad, pese a que daba el máximo de mí en la dieta y en los entrenamientos, me lesionaba, y otros progresaban más que yo. No puedo describir lo frustrante que era, pero gracias a ese momento comenzó a interesarme en la ciencia del entrenamiento, comencé a formarme y a buscar el conocimiento necesario para sacar mi máximo potencial físico, ya que en ese momento tenía claro que el máximo esfuerzo no era suficiente o incluso podría llegar a ser contraproducente.
En ese camino me encontré con Víctor, que compartía mi pasión por este mundo, pero que había estudiado desde otra perspectiva, juntos decidimos dar el paso a formar un equipo multidisciplinar, que diera a los atletas lo que nosotros no tuvimos. Un servicio completo, que asegure que cada esfuerzo sea recompensado con los máximos resultados, a través de una programación del entrenamiento, minuciosa, exhaustiva y mimada. En ese momento no lo sabíamos pero estábamos gestando "El índice de hipertrofia", que daría título a nuestro libro, nuestra formación, y a la forma que tenemos de trabajar, y que ayudaría a cientos de atletas y entrenadores. Pero que sobre todo, aplicamos en nuestras asesorías para ayudar a atletas que quieren sacar su máximo potencial, y conseguir un físico envidiable que es nuestra principal pasión.