¿Por qué comer fruta antes de entrenar?

Los beneficios de la fruta que no sabías

¿La Fructosa en una Perspectiva Saludable?

Es probable que hayas escuchado algunos comentarios negativos sobre la fructosa, pero es importante entender que este tipo de azúcar se encuentra en forma natural en una variedad de frutas, verduras y miel. Cuando se consume de manera moderada a través de estas fuentes naturales, por lo general no representa un riesgo para la salud. Sin embargo, es en cantidades excesivas y cuando se agrega como jarabe de maíz con alto contenido de fructosa a alimentos procesados, que puede tener efectos desfavorables en nuestro bienestar.

La fructosa, conocida por ser el carbohidrato de sabor más dulce, es un componente que se encuentra en cantidades significativas en la dieta humana. En su forma natural, aparece en frutas frescas, verduras y miel, y su consumo tradicional ha oscilado entre 16 y 20 gramos al día. No obstante, en las últimas cuatro décadas, la introducción de alimentos y bebidas procesados endulzados con jarabe de maíz alto en fructosa (JMAF) o sacarosa ha provocado un aumento drástico en la ingesta dietética de fructosa, llegando a niveles que oscilan entre 85 y 100 gramos al día.

Las investigaciones sobre tendencias temporales han señalado un aumento paralelo en la prevalencia de problemas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares a nivel mundial. Se ha planteado la posibilidad de que el metabolismo de la fructosa en nuestra dieta esté relacionado con un mayor riesgo de síndrome metabólico. Este síndrome, a su vez, aumenta las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y, en última instancia, la mortalidad.

Es relevante destacar que la evidencia bibliográfica sugiere que la edad está vinculada a un mayor consumo de fructosa natural, mientras que ocurre lo opuesto con la fructosa añadida. La conexión entre la edad y la ingesta natural de fructosa es coherente con investigaciones anteriores que indican que los adultos mayores suelen mantener hábitos dietéticos tradicionales y, en consecuencia, consumen más frutas y verduras en comparación con los más jóvenes, quienes tienden a estar más expuestos a nuevos productos alimenticios ricos en fructosa añadida.

Es importante señalar, antes de adentrarnos en la relación con el ámbito deportivo, que no se ha encontrado una asociación positiva entre la fructosa natural (la que proviene de frutas y verduras) y el síndrome metabólico, incluso después de considerar posibles factores de confusión.

Las fuentes naturales de fructosa contienen una variedad de compuestos bioactivos como fitoquímicos, antioxidantes y fibras. Esta diversidad de nutrientes protectores puede contrarrestar las posibles anomalías metabólicas asociadas con la fructosa y reducir el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y síndrome metabólico.

Deporte y Salud – Los beneficios de la Fruta

La fructosa se presenta como una alternativa beneficiosa para los deportistas. Su naturaleza química facilita la digestión, lo que la convierte en una opción particularmente relevante para individuos que necesitan consumir grandes cantidades de alimentos. Esto es especialmente notable en atletas que demandan un alto rendimiento, como culturistas, corredores, tenistas, entre otros; un abanico de ejemplos que podría extenderse considerablemente.

A diferencia de la glucosa, cuyo transporte activo depende del sodio y puede dar lugar a saturación y, en algunos casos, a diarrea osmótica –una situación enfrentada por varios corredores al consumir geles energéticos sin considerar este factor–, la fructosa opera en sintonía con el gradiente natural. Esta propiedad es ilustrativa en la imagen conceptual que adjuntamos.

La absorción de fructosa se lleva a cabo mediante el transportador Glut-5 (imagen superior), una proteína que atraviesa la membrana celular en 12 ocasiones. Posteriormente, la fructosa ingresa a la corriente sanguínea a través del transportador Glut-2, caracterizado por su capacidad de alto transporte y afinidad reducida. Este proceso brinda una fuente de energía eficaz sin acarrear complicaciones significativas.

Ante cualquier inquietud, te alentamos a compartir tus comentarios. Si estás interesado en obtener asesoramiento nutricional personalizado, puedes contactarnos en esta misma web y nos pondremos en contacto contigo.

Adicionalmente, investigaciones respaldan que pequeñas cantidades de fructosa natural provenientes de frutas y verduras optimizan la gestión de la glucosa hepática. Esto se logra al incrementar la absorción de glucosa en el hígado y la acumulación de glucógeno. En efecto, mediante su metabolito fructosa-1-fosfato, incluso cantidades modestas de fructosa pueden activar la enzima glucocinasa, estimulando la captación hepática de glucosa. Asimismo, la fructosa se erige como un precursor potente de glucógeno, siendo transformada en este polímero a través de la vía indirecta, en concordancia con precursores gluconeogénicos.

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